Investigadora de Laben Chile analiza el presente del envasado de alimentos en el país
Mantener por mayor tiempo la calidad de los alimentos es uno de los desafíos que tiene la industria alimenticia en Chile. Ximena Valenzuela, jefa de Laboratorio del Centro de Innovación en Envases y Embalajes de la Universidad de Santiago, analiza el presente del sector, comenta la falta de regulación al respecto y entrega algunas recomendaciones a los consumidores.
La profesional es Ingeniera en Alimentos de la entidad estatal, además tiene un Magíster en Tecnología de Alimentos Envasados de la misma casa de estudios. En conversación con Gabriel León, en el espacio Rockstars de TXS Plus, analiza su trabajo en el Centro.
“El tema de los envases de alimentos es bastante interesante y muchas veces no lo apreciamos del todo. Tiene mucha tecnología y existe una enorme variedad. El plástico es el principal ya que ha permitido rapidez, inocuidad y además llega a lugares que antes no lo hacía. Otro ejemplo es la leche. Antes, debíamos tomarla pronto porque se echaba a perder. Hoy en día se almacena a temperatura ambiente”, explica Valenzuela.
La conservación es un desafío importante para el envasado de alimentos. La profesora sostiene que la empresa debe preocuparse de la calidad del producto desde que sale de sus instalaciones hasta que llegue al destino final en las mismas condiciones. “Y para eso el envase juega un rol bien importante”, manifiesta. Y añade: “Lo que buscamos es mejorar la vida de las personas, la idea es mantener la calidad del producto, pero también el sabor, el aroma y las características organolépticas que es a lo que aspira el consumidor”.
Trabajo del Centro
Dentro de la variedad de los envases aparece el plástico, que ha ido ganando mucho terreno porque ha permitido mayor rapidez de la industria. Al venir envuelto en una bovina, se desenvuelve fácilmente. Además, da hermeticidad. “Por ejemplo, en un supermercado, un 90% de los alimentos están envasados con plástico”, indica.
De su trabajo en el Centro de Innovación en Envases y Embalajes de la Usach, la facultativa indica que llevan más de 20 años acompañando a la industria, ya que en Chile no hay otro centro con estas características. “Nosotros contamos con servicios, análisis, verificación de la calidad de materiales y también el requisito de inocuidad para las exportaciones. Aparte de prestar esos servicios nos dedicamos a la investigación y a capacitar a las mismas empresas en estos temas”, agrega.
Sobre las tecnologías presentes en los envases, Ximena Valenzuela argumenta que en Chile hay poco desarrollo de atmósfera modificada. “Pero tenemos otras tecnologías, como envases inteligentes, que son dispositivos que se colocan en los envases de manera que me puedan alertar, por ejemplo, que se perdió cadena de frío o indicadores de difteria o salmonela, que son patógenos, de manera que pudiésemos prevenir enfermedades con el uso de estos sensores”, advierte.
Otro de los desafíos que tienen que temer los envases más directamente con el cuidado del medioambiente. “Buscamos que el material se pueda biodegradar o compostar. Sin embargo, esas tecnologías no son posibles de aplicar en toda la gama de alimentos”, señala,
Ximena Valenzuela señala que Chile está al debe en materia de regulaciones en envases de alimento. “Sin regulación para la industria es más barato poner aditivos que usar mejores tecnologías. Aunque hoy en día, los jóvenes están bien informados y están exigiendo que se bajen los materiales sintéticos. Ahí la industria se ve presionado a hacer cambios”, explica.
Contaminación de plástico
La académica cuenta que, por falta de regulaciones, el plástico no ha sido cambiado por materiales biodegradables. Pero si les han beneficiado leyes medioambientales para mejorar los envases de alimentos.
“Por ejemplo, en el retail, en los patios de comida, se cambiado los materiales. Ahora, los servicios, los vasos y las bolsas son compostables y biodegradables. En Chile, si las cosas no funcionan a través de una ley, nada se hace. Pero también es importante la educación del público. Podemos tener una Ley de Reciclaje, por ejemplo, pero si no sabemos separar los residuos, dónde votarlos o cómo identificarlos, se nos pone cuesta arriba la idea”, puntualiza.
Por último, Ximena Valenzuela comenta sobre su trabajo en Co-Inventa. “Es un proyecto, financiado por Corfo, que agrupa a distintas universidades del país, donde se trabaja con el rubro de envases de alimentos. Tenemos distintas áreas de estudio de los envases. Y la idea es investigar y después transferir esos proyectos a las industrias. Hoy se está trabajando un proyecto de envases activos para la industria del salmón, que se mantengan frescos y refrigerados. La idea es que puedan llegar a países más lejanos”, explica.