Electrospinning: Abriendo camino a envases activos sustentables
Sabemos que los envases son mucho más que el simple empaquetado de los alimentos. Muchos contienen propiedades que benefician directamente la calidad del producto que protegen, no sólo preservando que llegue en buenas condiciones físicas sino también organolépticas.
Dentro de este espectro están los envases activos que recordemos, son sistemas en donde existe una interacción positiva entre el alimento, el material de envase y el ambiente, con la finalidad de mantener la calidad del producto y extender su vida útil. Dicha interacción se puede generar mediante dos vías: a través de la absorción de compuestos indeseados que son liberados desde el alimento y absorbidos por el material de envase o mediante la incorporación de compuestos funcionales (antimicrobianos, antioxidantes y otros) en el material de envase que son liberados hacia el alimento para evitar su deterioro.
Es acá donde aparece la tecnología electrospinning, que busca ser una estrategia alternativa que permite mantener la calidad del alimento y extender su vida útil. Además, esta tecnología posibilita tanto disminuir, y en algunos casos, incluso eliminar la adición de conservantes que se incorporan en el alimento, y comercializar productos frescos, ambas demandas crecientes del consumidor actual.
De qué se trata
El electrospinning es una técnica en la que se aplica un voltaje a una disolución polimérica con la finalidad de obtener un material polimérico tipo "estera" compuesto por estructuras fibrilares ultrafinas con una alta relación de aspecto que se denominan fibras. Además, permite incorporar cualquier compuesto activo en las fibras ya que no utiliza condiciones agresivas (temperatura, presiones), obteniendo un material polimérico electrohilado funcional.
Uno de los aportes relevantes de esta tecnología a la industria de los alimentos es que a través del electrospinning, en un futuro, podría generar nuevos materiales de envase poliméricos con capacidades funcionales específicas y más económicos, gracias a que es una técnica no agresiva comparada con las técnicas convencionales (extrusión, coating) que permite ofrecer funcionalidad al envase a partir de la deposición de estas fibras a bajos espesores, utilizando pequeñas cantidades de materiales (polímero, compuesto activo) para obtener el material electrohilado.
Además, gracias a este nuevo método es totalmente viable que se puedan obtener materiales de envase a partir de polímeros reciclados, ya que tiene la capacidad de procesar una amplia gama de polímeros, integrando así a la economía circular como parte de este proceso. Actualmente, se utiliza para generar materiales de envase activo más amigables con el medio ambiente.
Para Cristián Patiño, parte del equipo a cargo de esta metodología, el aporte para Laben Chile ha sido relevante, pues "pone a disposición de la industria y su cadena de productos, dicha tecnología para desarrollar nuevos materiales de envase eco-amigables con la capacidad de garantizar la calidad y seguridad de los alimentos desde su empaquetamiento hasta su llegada al consumidor".
Entonces, la problemática de los envases de un solo uso podría tener un corto futuro. Esta metodología hace totalmente realizable el utilizar material ya reciclado, como contar con aquellos que pueden serlo y que se alejan de los números desalentadores de los desechos generados en el país.